Palabras de María Luisa García Moreno en la presentación del libro El español nuestro


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Presentación del libro El español nuestro

Por: María Luisa García Moreno

 

En ocasiones como esta, toca agradecer. En primer término, a ustedes, el público presente, a todos los que se han tomado la molestia de llegar hasta aquí en busca de un libro. También a la Editorial Nuevo Milenio, a sus directivos que acogieron este proyecto, a Gladys Hernández, quien —aunque ya no está en la redacción— fue su abanderada; a todo el equipo de trabajo y muy en particular a mi editora, Zita Corrales. Por supuesto, al periódico Granma, que desde el 2007 me ha abierto sus páginas y, sobre todo, al gran público lector.

Debo confesar que, luego de más de treinta años ejerciendo la docencia, vi en la sección El español nuestro la posibilidad de ejercer el magisterio en un aula gigantesca: toda Cuba. Sin embargo, siento que, por el contrario, me he convertido en una gran aprendiza, pues a través de esa mínima publicación, de salida tan irregular, se comunican conmigo, por disímiles vías, muchísimas personas con una pregunta, una crítica o una sugerencia de tema y me obligan a buscar y aprender para encontrar respuestas.

Desde las páginas de El español nuestro —ya sea en el periódico o en el libro— defiendo la variante cubana del español, pues no podemos olvidar que el nuestro, es un idioma que se habla en 23 países de cuatro continentes y que entre sus hablantes se evidencian muchas diferencias, porque cada comunidad refleja en su modo de emplear la lengua su idiosincrasia.

Más de una vez, me he referido, por ejemplo, al término liderear. ¡Cuántos cubanos están convencidos de que lo correcto es liderar! Y lo cierto es que ambas palabras aparecen recogidas en el lexicón académico; pero nada menos que desde 1959, liderear aparece en el Léxico mayor de Cuba, de Esteban Rodríguez Herrera. Algo similar ocurre con coche, que para los españoles alude al automóvil y para nosotros al tirado por caballos. Como bien dice Nuria Grégori, el mejor español hablado ben Madrid es el de Madrid; pero el mejor español hablado en La Habana es el de La Habana.

Ya resulta común reconocer que la lengua es de la comunidad que la usa y esa idea más que otorgarnos libertad nos da la responsabilidad de cuidarla y defenderla.

Por eso, en esta presentación que sirve también para recordar que el próximo 23 de abril conmemoramos el Día del Idioma —en honor a Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega— les digo que todos los días debían ser del idioma, porque la lengua que hablamos es un reflejo de nuestra cultura, nuestra historia y nuestra idiosincrasia, es —como reza un refrán ruso— una bandera.